Siempre me ha gustado recorrer el campo, respirar el aire limpio y observar las maravillas de la naturaleza; darme cuenta que es allí donde puedo entrar en meditación y reconocer que formo parte de un universo que funciona en armonía. En esos momentos pienso que el ser humano debe ser más consciente de su papel como protector de esa naturaleza y no de depredador, que es lo que se viene observando.